Denuncian migrantes estafas de abogados

Heylin trabajaba como enfermera, su esposo en un banco y sus hijos de entonces de 5 y 14 años de edad iban a la escuela en Honduras, hasta que un día tuvieron que huir de la violencia y dejar todo para viajar hacia Estados Unidos, en donde han pagado más de 17 mil dólares a abogados con falsas promesas de solicitar su asilo, solicitar una visa juvenil para su hija y solicitarles un permiso de trabajo. “Hemos sido estafados y sin poder hacer nada porque no hay una ley que castigue a los abogados que se aprovechan de las personas que recién venimos a este país. Y estamos seguros de que no sólo a nosotros nos pasado esta situación, y es duro estar trabajando sólo para pagar y todo para nada. Es frustrante”, dijo la madre de familia, quien vía telefónica hizo un llamado a quienes aún esperan en Ciudad Juárez para que al cruzar la frontera no se dejen engañar. Narró que tuvieron que salir de su país porque su esposo laboraba como gerente de cuentas en un banco de Honduras, pero un día lo amenazaron para que les diera la información confidencial de algunos clientes a cambio de no hacerle nada a su hija, por lo que al negarse tuvo que vender su carro y reunir todos sus ahorros para huir con su familia. Expulsados bajo el Título 42Primero buscaron llegar a Estados Unidos a través de la frontera entre Reynosa, Tamaulipas y McAllen, Texas, pero debido a que la frontera estaba cerrada a la migración fueron expulsados bajo el Título 42 a Ciudad Juárez, con el argumento de que significan un riesgo para la propagación de Covid-19 en el vecino país.Tras ser devueltos a través de esta frontera, sin siquiera ser avisados que serían enviados a México por las autoridades de Estados Unidos, Heylin y su familia ingresaron al albergue “Kiki” Romero, en donde ella apoyaba a su entonces coordinador, Rogelio Pinel, a atender a los migrantes y a realizarles las pruebas de Covid, junto a los médicos de Centros Comunitarios del municipio.  Después, tras el cambio de la administración municipal, fueron trasladados al Centro de Integración para Migrantes Leona Vicario, hasta que un día decidieron volver a cruzar la frontera de manera irregular, pero aunque la madre pidió de rodillas a un agente de la Patrulla Fronteriza que no los devolviera, en media hora ya estaban de vuelta en México. Al ser expulsados rentaron una vivienda en la ciudad, aún con el temor de ser encontrados por el grupo delictivo que los amenazó en Centroamérica, hasta que lograron ingresar a Estados Unidos a través de una excepción al Título 42; sin embargo, han sido engañados por los abogados migratorios. “El primer abogado nos cobró 8 mil dólares y no hizo nada, nunca mandó nada de las pruebas que le dimos a la jueza de migración, y aparte nos cobró mil dólares por traducciones, y lo único que logró fue que nos dieran una carta de deportación en ausencia, porque no nos avisó que era la última corte y que era presencial”, relató Heylin. Pese a que la jueza que les dio tres meses para abandonar el país por no haberse presentado a la corte, y que el abogado les había dicho que sería a través de una videollamada, quería cobrarles 2 mil dólares más para mandar una moción para reabrir el caso. “A mí esposo lo atropelló un carro y a mí me dio parálisis facial y él quería poner de pretexto que por eso no habíamos asistido a la corte, cosa que fue mentira y por eso decidimos buscar otro abogado que nos ayudara a reabrir nuestro caso y nos quitaran la orden de deportación en ausencia”, narró. Dijo que otro abogado les cobró 4 mil 500 dólares por reabrir el caso, pero debido a que les dieron una cita para presentarse a la corte de migración en dos meses, “el abogado se hizo para atrás y dijo que era muy poco tiempo para representarnos y dijo que ya no seguiría representándonos y nos dejó a la suerte de nosotros”.“Nosotros preocupados empezamos a buscar abogado y no pudimos conseguir a ninguno que nos representara en tan poco tiempo, ya que era la última corte, que ellos necesitaban de cuatro a seis meses para prepararse. Acudimos como a 10 abogados y pagando citas, porque casi ninguno da citas gratis, hay que pagarles, y todo para decirnos de que no podían representarnos”, relató. “También contratamos una abogada para solicitar una visa juvenil para mi hija mayor, ya que ella era elegible para una visa juvenil y esa abogada igual sólo nos robó el dinero y no hizo nada y le pagamos 2 mil 500 dólares. Hemos sido estafados”, denunció. Dijo que hasta que una abogada de una organización católica que apoya a menores migrantes no acompañados los asesoró para pedir cambio de corte y explicarle al juez las razones, fue cuando un juez les concedió la petición y les dio la nueva corte para el 20 de julio, como nuevo caso, pues nunca se envió ninguna evidencia de su situación. 

Piden no dejarse engañar“Ahora estamos con un nuevo abogado el cual ya se mandó la solicitud del asilo y petición de los permisos de trabajo, con el cual tenemos un contrato firmado de irles pagando mensualmente 500 dólares, y en total son 9 mil dólares”, contó Heylin, quien trabaja en Estados Unidos cuidando a un niño, mientras que su esposo busca reunir el dinero para pagar a los abogados. Tras pagar miles de dólares, la hondureña pidió a los migrantes que acaban de llegar a Estados Unidos o que todavía permanecen en Ciudad Juárez que no se dejen engañar por los abogados que se dedican a robar a las personas que llegan con el “sueño americano” en busca de una mejor vida o con la necesidad de seguridad para ellos y sus familias. Fuente; Diario Mx

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