Recientemente el Senado ha aprobado la medida estrella del mandatario que dejará el poder el próximo 30 de septiembre; ahora solo resta el trámite de que le den luz verde los congresos estatales
Crecen las presiones para sacar adelante la reforma judicial de López Obrador, para la que le falta un voto
De acuerdo con el reportaje del periodico ABC, hace 10 días Sheinbaum buscó que senadores y diputados de Morena retrasaran la aprobación de la reforma para “esperar a que ella tome el poder y poder matizar ciertos puntos que generan nerviosismo en el empresariado y en los socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte”.
Sin embargo, en una reunión “a solas” con el presidente Andrés Manuel López Obrador, se decidió ir a fondo con la reforma.
El artículo, titulado “La presidenta electa de México intentó demorar, sin éxito, la reforma judicial de López Obrador”, cita a “fuentes del entorno” de Sheinbaum y “del equipo de transición”.
Señala que “la reforma judicial, en su letra original, era rechazada por la próxima mandataria, a pesar de que esta, en público, había cerrado filas con López Obrador”.
El texto puntualiza que López Obrador logró condicionar a Sheinbaum, que toma posesión el 1 de octubre, con una reforma que ha mostrado “la faceta más autoritaria” del gobierno actual y que la obligará “a organizar elecciones para que jueces y magistrados sean electos por voto popular”.
Pero no sólo eso. De acuerdo con ABC, “el presidente ha designado más de 30 personas en el gobierno que viene”.
“En junio le dijo a Sheinbaum que serían sólo cinco, pero ha avanzado sobre decenas de posiciones con el argumento de que había que reconocer a las personas que habían trabajado en su gobierno”, subraya.
La dinámica utilizada fue la misma en todos los casos, señala el diario: “Sheinbaum se reunía con López Obrador, este le preguntaba a quién iba a designar en tal o cual posición, Sheinbaum decía que estaba estudiando una terna de nombres y ante esa oportunidad de duda el presidente instalaba a su candidato”.
ABC pone como ejemplo la designación de la próxima secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, quien es la actual titular de Seguridad de López Obrador.
El reportero apunta que, por eso, “en las últimas semanas Sheinbaum ha evitado reunirse con el presidente para ver temas de su gabinete y ha realizado ciertas designaciones de modo más personal, como son los casos del próximo director de la petrolera estatal Pemex o el próximo secretario de la Defensa”.
Las imposiciones de López Obrador a la actual mandataria, según el diario, incluye su lugar de residencia.
Aunque en los planes de Sheinbaum estaba ocupar una casa del gobierno federal al sur de la Ciudad, “AMLO se impuso y vivirá frente al Zócalo” capitalino.
Los movimientos del mandatario, señala el artículo, incluyen mantener a leales en las principales posiciones de control del partido, algo que “es crucial porque allí se aprueban las candidaturas para alcaldías, gubernaturas y poderes legislativos locales y federales”.
Maerlo apunta que “López Obrador ha designado como próxima titular de Morena a su actual secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, y pretende ubicar como su segundo a su propio hijo, Andrés López Beltrán, señalado en diversos escándalos de supuesta corrupción”.
De esta manera, detalla el reportero, “todas decisiones que ahora tendrán que contar con el visto bueno del hijo del presidente”.
El artículo, publicado el jueves en su sitio web del diario, concluye que “estos movimientos han cristalizado en el ámbito político la teoría de que, al menos durante el primer año de gobierno, Sheinbaum seguirá fuertemente condicionada por López Obrador y con márgenes de autonomía relativamente escasos”.
Enfatiza que “el tratamiento de la reforma judicial ha reforzado esa idea porque Sheinbaum, en ningún momento, al menos en público, demostró tener una voz propia, una opinión sobre el debate: en todo momento se mostró coordinada con el presidente”.